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Guerra de funcionarios: los inspectores de Hacienda se manifiestan por primera vez para parar la reforma de la promoción interna
La Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), este miércoles ante el Ministerio de Hacienda.JUAN BARBOSA
El cuerpo superior se posiciona en contra de las oposiciones ‘light’, mientras que los técnicos denuncian que no se les reconoce su trabajo
Tensión máxima entre funcionarios: los inspectores de Hacienda se han concentrado este miércoles ante la sede del ministerio para denunciar el acuerdo sobre el nuevo sistema de promoción interna, al que llegaron Gobierno y sindicatos el pasado 3 de noviembre. Es la primera vez que el cuerpo de élite, agrupado en la asociación de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), se manifiesta. Durante la protesta, ha anunciado que interpondrá un recurso contencioso-administrativo —probablemente este próximo viernes— contra una reforma que, en su opinión, permitirá alcanzar la categoría profesional más elevada de la Administración a través de oposiciones light, causando un “destrozo” y “la muerte de una función pública altamente cualificada, independiente y profesional”. Los subinspectores, reunidos en torno al sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha), lamentan por su parte que no se les reconoce su trabajo y exigen más flexibilidad para progresar internamente.
“No estamos en contra de la promoción interna”, ha aclarado el presidente de la asociación de inspectores, Julio Ransés Pérez Boga, ante la sede del Ministerio de Hacienda y Función Pública, donde se han reunido esta tarde unos 200 funcionarios bajo el lema —y la lluvia— En defensa de lo PÚBLICO: por una Administración cualificada y no politizada. De hecho, una buena parte de los inspectores, Pérez Boga incluido, han entrado a la Administración en categorías inferiores y después han escalado desde dentro. “Queremos una promoción interna fluida, pero que no sea a base de rebajar los conocimientos”, ha subrayado.
El nuevo sistema supondrá un cambio sustancial: restringe el temario y las pruebas memorísticas y da más peso a experiencia y recorrido laboral. “Por un lado, se ha hecho una reducción radical de hasta el 80% de los contenidos que se van a evaluar a los futuros funcionarios, y por otro se han introducido criterios subjetivos, puesto que se van a valorar los trabajos de los funcionarios que acceden a través del sistema de promoción interna al cuerpo superior a través de un informe que va a hacer la dirección y del cual no nos han dicho el contenido”, ha lamentado Perez Boga.
El conflicto no se limita a la pugna entre inspectores y técnicos de Hacienda. Es más bien un choque entre los cuerpos superiores, la categoría más elevada de la Administración General del Estado, los funcionarios A1, y los técnicos de la categoría que está por debajo, el grupo A2. Por ello, trabajadores de otros cuerpos de élite estaban presentes en la concentración de este miércoles, entre ellos inspectores de Trabajo y administradores civiles del Estado.
Pérez Boga ha lamentado que la reforma no ha sido “pactada, valorada ni hablada” por los representantes de los cuerpos superiores; los sindicatos que han firmado el acuerdo con Función Pública son CC OO, UGT y CSIF, que son los representativos en la Administración General del Estado. Después, ha entregado casi 1.500 firmas —que representan la casi totalidad del cuerpo de inspectores, formado por unas 2.000 personas— con las que el colectivo rechaza un acuerdo que llevará a “una drástica merma de las capacidades, conocimientos y méritos” en los cuerpos superiores. “Se abre aquí la posibilidad a cuestiones tan poco recomendables como amiguismos, nepotismos y politización”, ha insistido el presidente de los inspectores. “Queremos decir a la ministra [María Jesús Montero] que eche atrás la reforma, que hable con todos los implicados y que no ponga en peligro la Administración pública tal y como la conocemos”.
Las reivindicaciones de los técnicos
Aunque es cierto que el conflicto entre funcionarios del subgrupo A1 y A2 es generalizado en la Administración, el enfrentamiento entre los trabajadores de Hacienda es el más evidente. Hasta llegó al Congreso de los Diputados, con la petición por parte de varios grupos, incluso el de Unidas Podemos, de crear un nuevo cuerpo superior técnico de Hacienda que asignara a la categoría A2 más competencias y responsabilidades en la lucha contra el fraude.
Los técnicos del Ministerio de Hacienda, con una menor categoría profesional, denuncian que no se da suficiente consideración a su trabajo y a la hora de ascender se les equipara a la “gente de la calle”, en el sentido que se les exigen las mismas pruebas, inclusive memorísticas, a quien viene de fuera, sin dar el suficiente peso a las competencias adquiridas durante el recorrido profesional. Critican, además, que los sueldos de los inspectores son los más altos de todos los funcionarios públicos, y alertan de que el sistema actual no cubre las plazas de promoción interna, un problema que se agravará ante la avalancha de jubilaciones de los próximos años, cuando se retirará un cuarto de la plantilla.
Con estos argumentos, Gestha —cuantitativamente más numeroso que los inspectores, con más de 7.000 funcionarios, pero no lo suficiente para ser considerado representativo y participar en las negociaciones con Función Pública— reclama “potentes ofertas de empleo” y que la promoción interna de los empleados que ya forman parte de la Administración priorice los conocimientos y la experiencia. “Los cuerpos de élite siempre se resisten a los cambios, pero los tiempos no acompañan a esa resistencia”, comentan fuentes del sindicato de los técnicos.
