Punto de venta ambulante. Fuente: EP.
Los técnicos de Hacienda del sindicato Gestha han corregido con contundencia las declaraciones del Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, sobre los posibles efectos nocivos que puede tener el ingreso mínimo en la proliferación de economía sumergida. "La configuración de esta medida, precisamente, ayuda a evitar que no haya un repunte de la economía sumergida, que actualmente roza el 25% del PIB", indican los técnicos de Hacienda, sobre el diseño de la nueva prestación, cuya precisión podría, lejos de incrementarla, reducir los elevados niveles de economía informal.
En este sentido, los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) consideran que este ingreso mínimo está diseñado para no incrementar la economía sumergida, después de que el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, haya avisado de posibles efectos no deseados, entre los que ha destacado un posible desplazamiento de algunas actividades económicas fuera del control del Fisco. Los técnicos prevén para los próximos meses un incremento de la economía sumergida en términos relativos sobre el PIB, tal y como suele ocurrir en momentos de crisis, pero confían en que el ingreso mínimo sacará de la situación de pobreza extrema a cuatro millones de personas y, a muchas de ellas, por tanto, de los cauces de la economía de subsistencia.
En concreto, Gestha defiende que las obligaciones de presentar la declaración de la renta, de estar inscrito en las oficinas del SEPE y de tener disponibilidad para aceptar cualquier trabajo o hacer cursos de formación contribuirán a evitar que la entrada en vigor de esta medida se traduzca en un significativo aumento de la economía opaca. Aun así, los técnicos instan al Gobierno a enviar al Congreso el proyecto de ley de prevención y lucha contra el fraude, ya que a medio plazo podrían recaudarse 34.500 millones adicionales cada año, que en su mayoría procederían de la evasión de las grandes empresas y multinacionales.
Sin embargo, el Banco de España cree que el ingreso mínimo vital aprobado recientemente por el Gobierno puede ser útil para reducir el nivel de pobreza extrema de colectivos con dificultades estructurales especiales, pero estima conveniente "vigilar estrechamente" la posibilidad de que este instrumento, al ser una transferencia permanente, pueda acabar provocando "algunos efectos indeseados".
Hernández de Cos avisó de que se inicia la actual crisis "con más desigualdad que la anterior" y ve "muy probable" que la actual crisis aumente aún más dicha desigualdad ya que está afectando en mayor medida a los colectivos con rentas relativamente bajas. Por ello, sostiene que medidas como el ingreso mínimo junto con una agenda de reformas estructurales "ambiciosa" para el empleo y la productividad podrían corregir el impacto social de la crisis.
No obstante, avisa de posibles efectos no deseados en el ingreso mínimo vital, entre los que menciona la capacidad futura de los beneficiarios de generar ingresos o un posible desplazamiento de algunas actividades económicas a la economía sumergida. En este sentido, estima necesario evaluar la efectividad de algunas de las medidas previstas en el ingreso mínimo, como el mantenimiento temporal de al menos una parte de la cuantía subsidiada cuando el beneficiario encuentra trabajo. Así, la institución aboga por que la prestación se acompañe de un seguimiento "continuo y riguroso" de su funcionamiento, de su coste y del grado de consecución de los objetivos perseguidos.