JUEVES 19 DE ENERO DE 2023
12 MINUTOS
Las pensiones han subido un 8,5% este 2023 para compensar la pérdida de poder adquisitivo por la inflación y los pensionistas están a punto de recibir la primera prestación que ya recoge esta subida. Un incremento que también se verá reflejada a la hora de tributar a Hacienda. La revalorización de su pensión supondrá un salto en su IRPF.
Las pensiones son consideradas rendimientos del trabajo igual que los salarios. Por eso, los pensionistas pagan IRPF exactamente igual que cuando estaban en activo.
En general, los pensionistas saldrán ganando y la subida de su pensión será superior, sin duda, a la subida de su tributación. Pero de la misma manera que la revalorización de las pensiones, del 8,5% no es la panacea para los pensionistas, que pagan los alimentos un 15% más caros, habrá situaciones particulares en las que el alza del IRPF suponga un revés: pasar el umbral y verse obligado a presentar la declaración o una subida del tramo que se coma parte de la pensión, son algunas de las situaciones que mencionan los expertos consultados.
Los pensionistas están a punto de recibir el pago de su prestación, correspondiente al primer mes del año, que ya reflejará la subida del 8,5%. Es el segundo año consecutivo en el que las pensiones contributivas "suben en función de la fórmula contemplada en la el Pacto de Toledo y en la que se tiene en cuenta el IPC para evitar pérdidas de poder adquisitivo", decía recientemente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras su aprobación.
El incremento del 8,5% que experimentarán las pensiones contributivas es el resultado de la media del IPC entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022. Por su parte, las no contributivas mantendrán la subida del 15% adicional que se aplicó a sus cuantías desde el pasado mes de julio. Así, las pensiones mínimas contributivas subirán entre 18 y 113 euros al mes, según la clase de pensión y las circunstancias personales; y la pensión máxima de jubilación se situará en 3.059 euros mensuales, por catorce pagas, frente a los 2.819,2 anteriores.
La subida de las pensiones del 8,5% este año tiene un coste, tal y como confirmaba recientemente Borja Suárez, secretario de Estado de la Seguridad Social y Pensiones, de “algo más de 13.000 millones de euros” para el Estado. Unos 3,5 puntos de PIB.
Ahora bien, la subida de las pensiones también provoca un salto en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que deberán abonar los pensionistas en la declaración correspondiente al ejercicio 2023, es decir, la declaración que realizaremos en la primavera de 2024. Así, parte de esos 13.000 millones de euros volverá al estado vía impuestos, vía IRPF.
Es dificil saber exactamente cuánto. "No hay datos estadísticos al respecto" explica a 65YMÁS el director del Gabinete de Estudios de la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF), Arturo Jiménez. Esos ingresos extras que Hacienda recaudará tras la subida de las pensiones podría ascender a 2.000 millones de euros. “Es difícil calcularlo porque hay que excluir las pensiones que quedan por debajo del mínimo exento, y porque aún desconocemos detalles del IRPF de 2023, pero sí, es razonable la cifra de 2.000 millones de euros”, comentan fuentes de REAF, el Registro de Economistas Asesores Fiscales.
Como es lógico, el importe de cada pensión, y sus circunstancias personales, determinará cuánto más pagará a Hacienda cada pensionista. Y es pronto para saberlo con exactitud. "Todo dependerá del tipo medio de gravamen que se aplique en sus respectivas declaraciones del IRPF. Con carácter general a ese incremento de renta se le aplicaría ese tipo medio y nos daría una aproximación del incremento de cuota. Ahora bien, pueden existir otros factores u otro tipo de rentas que se hayan generado y que pueden afectar a ese tipo medio de gravamen", explica Arturo Jiménez.
En el caso de una pensión media de jubilación, que tras la subida se colocará en 1.364 euros al mes (19.069 euros anuales) podría aportar algo más de 170 euros extras, en total, 1.600 euros por este tributo. Ahora bien, en el caso de los beneficiarios de la pensión máxima, que por primera vez rompe la barrera de los 3.000 euros mensuales (concretamente asciende a 3.059,7 euros mensuales por catorce pagas), el incremento en su IRPF será cercano a los 1.300 euros, aportando cerca de 9.000 euros por este tributo. Es más, según fuentes de REAF, la subida del 8,5%, en su caso, “podría quedarse en un 5,3% después de pagar impuestos”.
Tal y como nos explican desde Gestha, los técnicos del Ministerio de Hacienda, "Tributarán los siguientes importes, considerando al pensionista en declaración individual, sin hijos a cargo, y considerando la normativa estatal del IRPF sin las normativas autonómicas":
Fuente: Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha)
2022 ha marcado un récord de recaudación por el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas. Según los datos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, la AIReF, los contribuyentes pagaron más de 109.000 millones por IRPF el año pasado, el dato más alto de la historia.
Este récord de recaudación por IRPF, que ha superado incluso las previsiones marcadas por el Gobierno en su libro amarillo de los Presupuestos Generales del Estado de 2022, se debe, tal y como explica la AIReF al “crecimiento del empleo, los salarios y las pensiones”.
Si la revalorización de las pensiones del 2,5% en 2022 para compensar la inflación se ha dejado sentir en un aumento de los ingresos tributarios por IRPF, cabe esperar que la subida del 8,5% de las pensiones dispare aún más dicha recaudación.
"La pensiones por jubilación se consideran a efectos de IRPF rendimientos del trabajo y, por lo tanto, se les aplicará como a cualquier contribuyente la obligación de declarar regulada en el artículo 96 de la Ley del IRPF", explica Arturo Jiménez. Un pensionista no tiene obligación de hacer la declaración de la renta cuando su prestación sea su único ingreso y sea menor de 22.000 euros anuales. En el caso de que tenga varios pagadores, tampoco tendrá obligación de presentar la declaración de la renta si la suma de las cantidades percibidas por el segundo -y siguientes- pagadores no superan los 1.500 euros. Es decir, "si reciben solo rentas del trabajo por su pensión de jubilación de la Seguridad Social, al existir un solo pagador el límite estará en los 22.000 euros anuales", concluye Jiménez.
De la misma forma, habrá casos en que pensionistas que hasta ahora no tenían obligación de presentar la declaración de la renta, ahora vean superado ese límite. Un jubilado cuya pensión ascendiera el año pasado a 20.200 euros anuales, cruzarán ese límite con la subida del 8,5%. En 2023, tendrán que presentar el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas.
En la última declaración de la renta que hemos presentado, la relativa al ejercicio 2021, el tipo medio efectivo aplicado sobre el IRPF de pensionistas estuvo entorno al 15%. Sin embargo, no hay datos exactos, dado que "no hay estadísticas de tipo efectivo desagregado solo para pensiones", nos aclara Arturo Jiménez. Además de los ingresos, existen múltiples factores personales que influyen en este tipo, lo que dificulta que sepamos ahora mismo cómo puede evolucionar, más aún sin saber cómo quedará el IRPF.
Sin embargo, los economistas consultados no dudan que habrá saltos de tramo en la tarifa del IRPF, aunque sean casos puntuales y no una situación generalizada. "Si se diera el caso de que algún pensionista con los ingresos de su pensión u otros estuviera en una zona límite de aplicar un tramo, podría, efectivamente por ese incremento en sus ingresos por pensión, producirse, teóricamente, ese efecto de salto a otro tramo de tarifa", explica Arturo Jiménez, director del Gabinete de Estudios de AEDAF. En algún caso, incluso, supondrá “casi lo comido por lo servido, pocos, pero sí, habrá algún caso”, aegura una fuente de REAF. Por ejemplo, en función de sus circunstancias personales, la subida del 8,5% de una pensión máxima podrá llevar a su beneficiario a saltar a un tramo de tributación en el IRPF, "es probablemente donde más casos se den, pero no los únicos".
Los pensionistas no perderán poder adquisitivo por la subida de su pensión. Sin embargo, sufrirán por la no deflactación del IRPF, la denominada progresividad en frio. Soportarán una mayor carga tributaria por el aumento de su pensión, sin que su capacidad económica haya aumentado realmente, por la elevada inflación. En el caso de los trabajadores la pérdida es doble, porque los salarios no han crecido como lo han hecho los precios. La inflación distorsiona los tributos que gravan los ingresos de una forma progresiva, restando renta disponible.
El gobierno ha rechazado ajustar el IRPF a la inflación, es decir, no va a deflactar la tarifa tal y como recomiendan los economistas. La ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero lo ha rechazado tajantemente. Según el presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich, “sería razonable tener en cuenta la subida nominal de rentas y la inflación en un impuesto progresivo como el Impuesto sobre la Renta”. Para el presidente de REAF, Agustín Fernández, “en una sociedad tan envejecida como la nuestra habría que tener en cuenta a los mayores a la hora de considerar las circunstancias personales y familiares de los contribuyentes del IRPF, que es un impuesto personal y subjetivo”.