El cambio llama a la puerta
08-06-2006
“Estamos haciendo todo lo posible a todos los niveles para que no se apruebe la enmienda”.
Esta contundente afirmación es la transcripción literal de un correo de fecha 5 de junio enviado por la JUNTA DE GOBIERNO DE LA ASOCIACIÓN DE INSPECTORES (APIFE) a sus asociados, que ha llegado a manos del Sindicato GESTHA.
La enmienda a la que se refieren es la que propone la Creación del Cuerpo Superior Técnico de Hacienda que distintos Grupos Parlamentarios han presentado a la Ley de Medidas de Prevención del Fraude Fiscal que actualmente se tramita en el Parlamento.
Resulta revelador que en una carta de APIFE a los Grupos Parlamentarios, ante el temor de que esta enmienda se apruebe, afirmen textualmente que [i]“no nos oponemos a las aspiraciones legítimas de promoción profesional o de mejora retributiva de otros Cuerpos de la Administración, y muchos menos de los funcionarios del Cuerpo Técnico, con el que trabajamos a diario”[/i], para inmediatamente señalar que la creación de otro cuerpo superior “carece de justificación y no aportaría nada nuevo en la lucha contra el fraude, generando nuevos problemas”.
No podemos salir de nuestra estupefacción cuando, después de tantos años de negar la realidad de nuestro trabajo y de las innumerables presiones que muchos compañeros han sufrido con el Plan de Calidad, en esa misma carta digan que “desde siempre, los funcionarios del Cuerpo Técnico han realizado actuaciones completas, incluida la firma de las actas”. O cuando al referirse a la habilitación de los Técnicos de Hacienda resalten que “sólo hay 2000 técnicos de Hacienda en tareas de inspección”, despreciando al resto de áreas funcionales de la AEAT y del Ministerio, como si en ellas, el esquema organizativo y funcional fuese distinto.
Desde el sindicato GESTHA queremos hacer una reflexión serena y constructiva sobre el futuro de esta Organización. Es incompatible alabar las virtudes de nuestro colectivo en público y castigarnos en privado. Es incompatible exigirnos un esfuerzo cada vez mayor por el cumplimiento de los objetivos y recibir a cambio una resistencia irracional a la mejora profesional de los empleados.
Nuestras propuestas han llegado al Parlamento y a los medios de comunicación porque detrás de ellas hay cifras que causan grave preocupación. No nos hemos inventado el volumen de fraude fiscal de España, las tramas de corrupción sin detectar, ni los elevados índices de desmotivación y degradación del clima laboral que existen entre nuestros compañeros. Denunciar estas situaciones es constructivo para las organizaciones y la sociedad. No deberíamos olvidar que la Administración Financiera y Tributaria está financiada con fondos públicos y sus funcionarios se deben ante todo al servicio del interés general.
Todos deberíamos ser conscientes de que, con independencia del resultado de la enmienda, vamos a seguir conviviendo, y que desde luego, esta irresponsable actitud de los representantes de nuestros Jefes, no es ningún estímulo para nuestro trabajo. Podemos estar presenciando la consolidación de un cisma entre dos grupos de funcionarios obligados a trabajar en común por la ceguera corporativa de APIFE. Un cisma que compromete el interés final de los ciudadanos.
Es necesario abrir un debate dentro del Ministerio de Hacienda. Es necesario exigir el posicionamiento expreso de la Dirección ante esta feroz y sospechosa resistencia de sus cuerpos de élite a cualquier cambio. Hasta ahora la Dirección ha sido cómplice de las tesis de los Inspectores e Interventores por su silencio y connivencia, dejando que haya crecido la percepción de que son una misma cosa.
Es también necesario un debate entre los propios funcionarios del actual Grupo A, porque nos resulta difícil creer que todos coincidan con las tesis y actitudes de esta Junta de Gobierno que dice representarles. Debe haber voces críticas a esta locura corporativa. Debe haber, y de verdad lo creemos, otras opiniones dentro de este colectivo.
Es insostenible un modelo de Administración Financiera y Tributaria donde las RPTs, los Concursos, las Libres Designaciones y los repartos de productividad están anulados por los Tribunales. Es insostenible exigir la necesidad de más medios humanos (1.800 subinspectores, 1000 agentes tributarios y 1.000 auxiliares administrativos) y que no sea necesario ni un solo Inspector más para combatir el fraude fiscal.
Es un insulto al ciudadano mantener que la actual organización “es la más eficaz para combatir el fraude fiscal”, cuando en España el dinero negro representa entre el 20% y el 25% del PIB y casi la tercera parte de los billetes de 500 euros de toda la Unión Europea están en nuestro país. No existe la autocrítica en la AEAT.
No se entiende la alarma que ha provocado entre los Inspectores e Interventores el anuncio de esta enmienda. En muchos Ministerios conviven distintos funcionarios de Grupo A sin que eso suponga ningún problema. Cada Cuerpo tiene atribuidas expresamente unas funciones, en unos casos directivas y en otros ejecutivas, y todos desarrollan sus cometidos con sujeción a una normativa concreta. No supone ninguna amenaza para los objetivos de la Administración. No entendemos, desde una posición lógica, por qué no pueden constar por escrito las funciones que día a día desarrolla el Cuerpo Técnico. Sólo es comprensible si admitimos que un pequeño grupo de funcionarios se está atribuyendo la totalidad de las competencias para justificar sus desproporcionadas retribuciones.
Es difícil una reconciliación con estos antecedentes, y esto debería hacer reflexionar a algunos sobre el daño irreparable que sus actitudes provocan. Especialmente a aquellos que tienen encomendada la responsabilidad de dirigir y motivar a los trabajadores y hacerlos partícipes de unos objetivos comunes. No obstante, desde GESTHA vamos a mantener la buena fe en las personas y la voluntad de colaborar para construir un futuro distinto, donde el esfuerzo sea valorado, las competencias estén definidas y los principios de mérito y capacidad sean una realidad.
8 de junio de 2006